Una Copa con pronóstico reservado

Mauricio Gómez Buriticá
@elmago_b
Comienza este jueves en Chile el certamen futbolístico de selecciones más antiguo del mundo, la Copa América, evento que el próximo año llegará a su centenario.

A lo largo de su historia, tres selecciones se han repartido la mayor cantidad de copas disputadas, 37 de 43. Ellas son: Uruguay (15), Argentina (14) y Brasil (8). En ese orden de ideas, las estadísticas siempre pondrán a estas tres selecciones como las favoritas al título. Pero darles ese rótulo solo porque los fríos números lo confirman sería un acto de vil mezquindad, pues futbolísticamente siempre han estado por encima de los demás, en especial Argentina y Brasil.

Sin embargo, este año en Chile, el abanico de candidatos al título se amplió gracias al estupendo momento por el que atraviesan varias selecciones con una gran generación de jugadores que brillan en sus respectivos clubes, la mayoría en Europa.

No se puede afirmar alegremente que esta copa la puede ganar cualquiera, tampoco; eso sería meter en el mismo costal a todos los equipos, siendo generosos con unos que a lo mejor no tienen ni el potencial, ni los objetivos de llegar a una final y también sería castigar a muchos otros que con méritos propios, fundamentados en trabajo y resultados, se han ganado en franca lid el remoquete de favoritos.

Es así como, a las ya mencionadas, inobjetablemente se suman los representativos de Colombia y el local, Chile. De entrada, son cinco las selecciones sobre las que recaen los pronósticos para alzar la copa el próximo 4 de julio en Santiago.

A mi juicio, la gran favorita, como casi siempre, es Argentina. Tiene un equipo potente de mitad de cancha hacia adelante, con una gran delantera encabezada por Lionel Messi. No en vano el hecho de ser el actual subcampeón del mundo lo pone un escalón arriba del resto.

Casi al mismo nivel de los gauchos, aparece Brasil, combinado que siempre juega a ser campeón y que vaya donde vaya, independientemente de su nivel deportivo, busca ganarlo todo.

En un segundo escalón podríamos ubicar a tres selecciones, en su orden: Chile, Colombia y Uruguay. Los australes, además de ser los anfitriones, gozan de una gran generación de futbolistas ávidos de algún logro internacional para dejar huella. Los colombianos, al igual que los chilenos, tienen un grupo de jugadores de excelsa calidad, precedidos de su mejor actuación en la historia de los mundiales, un quinto lugar en Brasil 2014. Sin embargo su presente deja algún manto de duda. Completando este peldaño aparece la siempre aguerrida Uruguay, a la que hay que poner, sí o sí, en la bajada de favoritos.

Finalmente, hay una selección de la que siempre se espera mucho y ya ha dado dos campanazos, me refiero a una de las dos invitadas de la Concacaf, México, finalista en 1993 y 2001. No se pueden descartar, ojo!

Del resto no hay que esperar mayor cosa. Paraguay, Ecuador y Perú andan en procesos de reestructuración, con técnicos nuevos y transiciones en sus nóminas. Por su parte, Venezuela y Bolivia no han podido superar el rol de cenicientas y Jamaica, el otro invitado de Concacaf, seguramente será un convidado de piedra.


Ya comienza la que se perfila como la mejor Copa América de la historia. Ojalá que la expectativa que se vive en la previa, se pueda ratificar en cada una de las canchas en las que rodará el balón. Así pues, que suene el pito, que se vengan las emociones y que gane el mejor.

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