El círculo vicioso del fracaso
Por Mauricio Gómez Buriticá
@elmago_b
Cuando parece que todo lo malo ya ha
sucedido y que más bajo no se puede caer, aparece un nuevo fracaso.
Lo acontecido con Deportivo Pereira es
la repetición de la repetidera, es más de lo mismo, un nuevo período que inicia
y termina de la misma manera y lo peor de todo es que aun sabiendo cómo va a
terminar lo que mal comienza, la ilusión nos lleva a otro plano, a pensar que
sí se puede, que hay equipo para ascender cuando no, que el fútbol esta vez
puede ser justo y muchas otras cosas que lo único que generan es que al final
la caída sea estrepitosa y el golpe sea más fuerte.
El hoy del Pereira es más de lo mismo,
un ciclo más que conocido y lo quiero graficar: Se inicia tarde la
pretemporada, se conforma un equipo mediocre, se contratan jugadores que ni siquiera conocen la historia
del club, se vinculan jugadores extranjeros que no pesan en lo absoluto y contratan
un técnico inexperto que vive sus primeras experiencias como entrenador con un
equipo más irregular que su propio palmarés. ¿Es o no más de lo mismo?
Sigamos: Inicia el torneo y aparecen las
victorias las cuales en muchos casos tapan lo feo que juega el equipo. Como el
fútbol es pobre, a veces aparecen dudas pero cuando se vuelve a ganar, vuelve
la ilusión. Pero la irregularidad de su fútbol pasa factura y en instancias
definitivas la falta de jerarquía cuenta. Claro que ¿cómo pedirle a un equipo
que tenga jerarquía si muchos de sus jugadores y su técnico no la tienen? Entonces,
es más de lo mismo, ¿cierto?
Este es el ciclo de siempre, la crónica
de un fracaso anunciado para el que el hincha del Pereira a esta altura de la
vida ya debería estar preparado, pero no. Es que no podemos olvidar que de por
medio está el corazón, el sentimiento de una hinchada que sin darse cuenta
también hace parte de ese círculo vicioso.
Ojalá que de ese exceso de pasión de los
hinchas se impregnaran un poco los administradores del equipo, ojalá que tuvieran
al menos un poco de eso que le sobra a la afición. Estoy seguro que con un poco
de sentido de pertenencia sería suficiente. Ni siquiera se les pide amor por la
institución, solo sentido de pertenencia, pero eso es imposible teniendo en
cuenta la procedencia de quienes hoy toman las decisiones al interior de la
institución.
Y no se trata de regionalismos, se trata
de sentido común, ¿cómo se le puede pedir sentido de pertenencia por el Pereira
a hinchas del Once Caldas?
Tras cada fracaso deportivo, al ser
consultado sobre el particular, el señor John Omar Candamil argumenta que su
deber como Gerente Liquidador se está cumpliendo cabalmente… Y sí, a decir
verdad es cierto, su prioridad es administrativa, no deportiva, eso hay que
tenerlo claro, aunque le cueste al hincha asimilarlo.
Pero qué bueno sería que a ese
cumplimiento en la tarea administrativa se le sumara el esfuerzo y empeño por
lograr el objetivo en lo deportivo (el ascenso). Pero para eso se necesita
corazón, arraigo y ese sentido de pertenencia del que hoy carecen Candamil y su
socio de labores Duván Vásquez. Mientras ellos sigan en Deportivo Pereira,
siempre se estará más cerca de repetir lo que ya es repetido, es decir, permanecer
en el círculo vicioso del fracaso.
Mas claro no se puede decir
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