Prefiero no esperanzarme

Mauricio Gómez Buriticá
Buenos Aires, Argentina
@elmago_b
Miro la pantalla de mi celular como todas las noches y empiezo a enterarme a través de twitter de todo lo que pasó en el día, tanto en Argentina como en Colombia; es más, diría que me intereso más por lo que pasa allá que acá, aunque de lo que pasa en Argentina intento estar mínimamente informado, como para que luego mis amigos de acá no digan que soy de esos periodistas que no se dan cuenta de la realidad en la que vive -aunque de esos hay muchos-.

Sin embargo, confieso que una de las cosas que más me mueve a husmear en twitter es Deportivo Pereira. Supongo que lo mismo les pasará a ustedes, no sé si por morbo, por masoquismo, por estar al día en las noticias del equipo o simplemente por rastrear periodísticamente las “buenas nuevas”. Creería que en mi caso hay de todas un poco.

Lo primero que encuentro es la renuncia de Duván Vásquez, mi primera reacción es no creer semejante maravilla, pero en la medida que bajo por mi TL veo más notificaciones de la noticia que esperaba desde hacía mucho tiempo, quizás desde el mismo día en que ese señor llegó. ¡Perfecto! Me dije. Este puede ser el comienzo de algo diferente, como los tantos otros ‘algo diferente’ que hemos vivido en Deportivo Pereira, pero bueno, al menos nace la posibilidad de un nuevo cambio. No obstante, prefiero no esperanzarme.

Me da risa porque a veces me parezco a esos adolescentes que con ansias agarran su celular para ver el mensaje de su novia, así soy yo esperando ver buenas noticias de cómo avanza el armado del ‘nuevo Deportivo Pereira’. En esas estoy y me encuentro con el nombramiento a Ariel Mario Aré como nuevo gerente Deportivo de la institución. Su nombre me transporta al pasado y evoco al primer Deportivo Pereira que vi, con el que aprendí a amar los colores amarillo y rojo: Aré, el ‘Chaca’, Quiñónez, Pompilio, ‘Sachi’, los Nelson Gómez -el paisa y el vallecaucano-, en fin… con ellos tampoco ganamos nada, pero eran tiempos mejores. La realidad hoy es otra y el Aré de hoy es otro; no olvido que fue asesor del saliente Vásquez y que, de alguna u otra forma, estuvo vinculado al Pereira recientemente, entonces prefiero no esperanzarme. Pero ojo, en el fondo confío en que su amor por el Pereira y la tierra que lo acogió como hijo, lo lleven a tomar las decisiones deportivas más acertadas en bien de la institución.

Los días pasan y el ambiente en torno al equipo parece favorable. Es martes, un día común y corriente para mí en Buenos Aires. Mientras almuerzo reviso el celular y veo en el whatsapp de prensa del Deportivo Pereira la oficialización de José Fernando Santa como nuevo técnico. Lo primero que pienso es que ya es justo y necesario parar de inventar con técnicos argentinos. Lo segundo que pienso es que él ya estuvo en el Pereira y al igual que Lissi, Craviotto y Bulleri, tampoco hizo nada. Pero, a decir verdad, me gusta el estilo de juego que tienen los equipos de Santa y me gustó el estilo de juego de ese Pereira que dirigió hace unos años, así, al igual que a los argentinos, también se le haya ‘quemado el pan en la puerta del horno’. A su favor y para mi gusto, Santa es un entrenador serio y preparado que además ya sabe lo que implica dirigir al magullado Pereira. Por eso decido creer en su proyecto, creer en su trabajo, pero prefiero no esperanzarme.

Estoy terminando de leer una noticia sobre la reforma pensional en Argentina y alcanzo a ver por el rabillo del ojo que la ‘campanita’ de notificaciones de twitter tiene muchos ‘numeritos’ en rojo. La curiosidad me puede más, hago clic y encuentro que el culpable del alboroto es Alexis Márquez; sí, el ‘Flaco’ Alexis y su regreso al Pereira como entrenador de arqueros, otra decisión acertada en bien de la institución, de esas que le pedía a Aré. Sin embargo, prefiero no esperanzarme.

Ya son varias las noticias aparentemente positivas, de esas a las que uno no está tan acostumbrado cuando se trata del Pereira. La verdad es que han sido tantos los desengaños, que, al menos en mi caso, perdí la sensibilidad que aún conservan muchos hinchas. A veces, confieso, siento que me da igual lo que pasa con el equipo, si algo tengo claro es que mi nevera no va a estar más llena o vacía porque le vaya bien o mal. Ah! Pero es tan rico cuando acariciamos las mieles de la gloria -entiéndase, cuando ganamos varios partiditos al hilo o clasificamos a las finales de primeros-. Después aparece el fracaso y con él el asiduo visitante para nosotros los seguidores del Pereira, ese sentimiento terrenal de frustración que me hace recordar a las malas que lo que pasa con el equipo sí me importa.

Pero una cosa es que el equipo me importe y otra muy distinta es que me esperance con él. Es que he decidido no esperanzarme porque luego aparecen las derrotas (muchas de ellas inexplicables desde lo futbolístico), también aparece el ‘sacaculismo’ de los directivos y con ello el desmadre entre hinchas y periodismo. Mejor dicho, lo de siempre, y por eso prefiero darle un portazo a la esperanza.

Pero la esperanza parece más rebelde que yo e intenta coquetearme de nuevo, regularmente me pasa en las noches, que es cuando más tiempo tengo para pensar. Al menos así lo asumo al ver que anuncian a Juan Gilberto ‘Pichú’ Núñez como nuevo jugador matecaña. Su nombre no me disgusta: tiene experiencia, infunde respeto y, aunque no es tan goleador como dicen, creo que puede aportarle mucho al equipo. Tras su llegada, son más los comentarios positivos que los negativos y en la medida en que más leo las opiniones de los hinchas en las redes, más empiezo a sentir un optimismo abrumador, el mismo que ya había percibido con la llegada de Járold Martinez -que me encanta que esté en el Pereira- y con la de Juan Camilo Pérez -que a mí no me gusta porque me parece muy lento-.

Después de tanto leer y de tanto pensar, me acuesto y cuando estoy a punto de dormirme me empiezo a preguntar: Será que esta vez sí, y si me subo al bus de los que sin medir los límites de la prudencia gritan a los cuatro vientos que esta vez hay que creer. Igual, me parece un fundamento romántico ese del creer por amor. Nah! Me doy vuelta y busco el sueño porque prefiero no esperanzarme… ¿será?

Estamos a semanas del inicio del torneo y reconozco que se han hecho cosas buenas, incluyendo el plan de abonados que tan felices tiene a los hinchas; aunque claro, siempre he dicho que “Para el pueblo, pan y circo”. Ahí perdonan. Pero también aprendí que en el fútbol y más en el caso de Deportivo Pereira nada se sabe hasta el último minuto. Por eso, prefiero no esperanzarme.

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