Le llegó la hora al Pereira
Tres partidos separan al Deportivo Pereira del ascenso a primera. |
Mauricio Gómez Buriticá
@elmago_b
Mucho se ha hablado en las últimas horas
de la polémica reunión entre Ramón Jesurum y Oreste Sangiovanni, presidentes de
la Dimayor y el Club América de Cali, respectivamente; reunión imprudente e
irrespetuosa, por demás.
Sin embargo, más allá del inoportuno
encuentro entre estos dos directivos, ad portas del debut de América en el
cuadrangular de ascenso, está claro que a la luz de la legalidad, serán los
equipos, entre ellos el Deportivo Pereira, los que tendrán que jugarse en una
cancha y en igualdad de condiciones su futuro inmediato.
Cuando el árbitro chocoano Gustavo
Murillo haga sonar su pito esta tarde en El Campín, poco o nada debe importar
si esta liguilla relámpago fue inventada por Dimayor para favorecer el ascenso
de América; a fin de cuentas, el equipo escarlata, como el Pereira, Magdalena y
Tuluá, los otros integrantes del cuadrangular B, tendrán que legitimar con
fútbol el objetivo final, el regreso a la primera división.
La afición espera el ascenso del Deportivo Pereira. /Foto: Natalia Hurtado |
Por eso, antes del ansiado debut del
Pereira en el cuadrangular de ascenso, es mejor no desviar la atención en
aspectos que poco aportan al propósito de toda una ciudad futbolera y ávida de
buen fútbol.
Así las cosas, el conjunto pereirano
deberá superar, sí o sí, su primer escollo, Unión Magdalena y después pensar en
Tuluá y finalmente en el protegido América. En realidad, en este tipo de
torneos cortos, en los que no se puede parpadear y en los que solo un equipo
puede llegar al máximo objetivo, lo único que importa es ganar, sin importar el
cómo.
Si se trata de buscar adversidades
exógenas a lo deportivo, en el caso del Grande Matecaña, habría que mirar
primero su propia historia, sus miedos, su estela de fracasos y los recambios
inesperados de las últimas semanas en la nómina y cuerpo técnico.
En realidad, debería preocupar más el
cómo se van a acoplar los nuevos jugadores y cómo va a asimilar el equipo el
trabajo del nuevo técnico Hernán Lissi, de quien de paso hay que decir, habrá
que respaldar en este nuevo proceso.
Así pues, que ruede el balón en Bogotá, que
en la cancha impere el juego limpio y que el Pereira demuestre con fútbol que
merece ascender, así sea en el mini torneo más vergonzoso en la historia del
rentado nacional. Qué bueno sería gozarse la fiesta que fue armada para otro.
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